Dí lo que quieras (SIN TOPIC... porque siempre hay algo que decir...)

Robert_Noel escribió:una buena noticia esta por recibirse (H)

Robert_Noel escribió:Mecesito crases de ingres !!!!!

Contratare un profe

NO MEJOR UNA PROFE jejejejeje

Polizonte30 escribió:

Toy cocinando el almuerzo y se acaba el gas x la ptm.
Ya me dio flojera cocinar.. almorzare en el calle

GatoFlojo escribió:

Polizonte30 escribió:

Toy cocinando el almuerzo y se acaba el gas x la ptm.
Ya me dio flojera cocinar.. almorzare en el calle

jajajaja

que mala suerte

Asi es men.. pero hay q darle vuelta a la pagina y pa delante nomas!

Fire_Gallagher escribió:...

Es muy caro salir a comer por la casa de J, donde inexplicablemente me quede a dormir. Sus padres estan en Florida y por momentos la acompaño, pero esta vez me he quedado solo y el problema es que no sé cocinar, ni siquiera un arroz con huevo frito, porque el arroz me sale mojado, y no tengo quién me cocine en esta casa, no le pido ayudo a ninguna empleada porque todas me ignoran y presiento que si me concinan algo, me envenenarian siguiendo órdenes de la madre de J.
Ya es hora, me temo, de aprender a cocinar.
Compro, por eso, unas pechugas de pollo congeladas, veinte pechuguitas por quince soles, las meto todas en el horno, algo apiñadas en la bandeja, aprieto unos botones al azar y veo, maravillado, que el horno se enciende. Fantástico.
Pienso (si eso califica como pensar): Desde hoy comeré en casa una pechuguita con plátano rebanado y mermelada de fresa.
Pienso: No en vano e recibido cursos de sobrevivencia, ademas tengo un primo que es un artista de la cocina, lo de cocinero lo debo llevar en la sangre.
Luego me voy a la lavanderia, a la farmacia por mas pastillas y me olvido de las pechugas en el horno.
Vuelvo a casa una hora después o poco más. Hay un camión de bomberos en la puerta. Suena una alarma aguda e intermitente. Un bombero con casco blanco, como los de las películas, me pregunta si es mi casa. Le digo que sí. Me dice que las empleadas llamaron pues habia un incendio.
Pienso: que se queme todo, menos toda las cartas que escribi, mis papeles más preciados. Abro la puerta torpemente, porque la llave siempre se atraca, y entro a toda prisa con los bomberos. La casa está llena de humo.
Hay una pestilencia a carne quemada. La alarma no deja de sonar. Del techo caen ordenadas e inútiles ráfagas de agua. Pero por suerte no hay fuego, sólo una densa humareda.
- Es el pollo en el horno - le digo al bombero, y pongo cara de tonto.
Abro el horno respirando a duras penas, saco la bandeja, me quemo la mano, doy un grito de dolor, las pechugas negras, carbonizadas, caen al piso, apago el horno, empiezo a toser y salgo corriendo al jardín porque allí adentro no se puede respirar.
Los bomberos verifican que nada se ha quemado, salvo las pechuguitas que ahora yacen en el suelo de la cocina como si hubiese practicado un oscuro ritual de santería para que muera alguien, abren las ventanas y las puertas para que el humo se disipe, me amonestan cordialmente y se retiran a seguir vigilando la ciudad para que no arda entera por culpa de algún imbecil insigne como yo.

Dado que no puedo entrar a la casa, pues la humareda me lo impide, me quito la ropa y me meto en boxer a la piscina. Rescato a una libelula que estaba ahogándose y entonces me siento mejor.
Curiosamente, no puedo ser compasivo con mis padres, pero sí con los libelulas, hormigas, palomas y gatos que caen en el patio de mi casa para llevarse la comida de Nicolas.
Como el humo se resiste a dejar la casa, tengo que entrar corriendo, subir a la habitación de J, sacar mi ropa de operador bancario y salir corriendo al jardín para no morir asfixiado. Me pongo la camisa azul, que me regalo M en esos tiempos cuando era feliz y que ahora apesta a humo o que apesta a secas porque tiene mil horas de oficina encima, me coloco un morral de cuero negro, que me obsequio la amorosa madre de M, camino apurado con direccion a la cochera y salgo de la casa.

Manejo apestando a humo, humillado por los comentarios de los bomberos, manejo con la mano izquierda porque la derecha la tengo lastimada por las quemaduras y porque dias atraz me di con la puerta en los dedos, pongo en el auto el disco en homenaje a Calamaro y busco la voz maravillosa del gran Kevin Johansen y acelero porque me aburre manejar tan despacio como ordena la ley. Me paso una luz roja, y entonces, para completar un día signado por el infortunio, veo relampaguear las luces de una moto de la policía y me detengo, resignado. El hombre uniformado me ilumina en la cara con una linterna de alta potencia y me pregunta si sé por qué me ha detenido, la respondo:
- Sí, claro. Porque hoy es mi día de mala suerte. -
Y me vuelve a iluminar con saña e ilumina los asientos de mi auto, buscando quizas algo ilegal y pueda detenerme. Me deja ir no sin antes pagarle veinte soles. Sonrio. Y pienso en la policía peruana que es la más amigable y servicial del mundo y que no hay mejor ciudad para pasarse una luz roja que Lima, la ciudad en que nací y en que seguramente moriré pasándome una luz roja.

...

Gaby ^^ escribió:Apurones del día a día.

Fire_Gallagher escribió:

Gaby ^^ escribió:Apurones del día a día.

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No todos los dias cocino..
Por suerte!

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LIAM EMANUEL escribió:

Fire_Gallagher escribió:

Gaby ^^ escribió:Apurones del día a día.

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No todos los dias cocino..
Por suerte!

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QUE HUEVO FRITO