Un herbicida de uso común cambia de sexo a las ranas
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Un herbicida de uso común cambia de sexo a las ranas
La atrazina, uno de los herbicidas agrícolas más empleados en el mundo, hace estragos en la vida sexual de las ranas. Cuando los machos de los anfibios se exponen a pequeñas cantidades de esa sustancia, un 75% de ellos queda esterilizado químicamente y un 10% se convierte directamente en hembra.
Esa es la conclusión de un estudio de la Universidad de Berkeley (California) publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ y que se ha llevado a cabo en condiciones de laboratorio con ejemplares de una especie africana (Xenopus laevis).
Para el profesor Tyrone B. Hayes, director del estudio, el contacto con el pesticida condena a las ranas a la infertilidad. «Los machos de rana pierden testosterona y todo lo que esa hormona controla, incluido el esperma. Así que su fertilidad es tan baja que llega al 10% en algunos casos», afirma Hayes en referencia a los ejemplares que perdieron capacidad reproductiva. Pero es que hubo otros que, directamente, se transformaron en hembras. Según el estudio, este pesticida altera de tal modo el sistema hormonal de las ranas que una parte de los machos expuestos a él se feminizan y se transforman en hembras.
En el medio natural, las ranas macho son hermafroditas en su etapa juvenil. En el estudio se comprobó que machos adultos pasaban a ser hembras al entrar en contacto con la atrazina. Ésta, al actuar sobre el sistema endocrino atenúa las hormonas que confieren los caracteres masculinos y, por tanto, permite la expresión reforzada de los valores femeninos. En el trabajo llevado a cabo en laboratorio, los machos auténticos copularon y procrearon con los machos feminizados.
La investigación toca uno de los aspectos más controvertidos de la industria química, como es el efecto sobre los ecosistemas o la salud de los venenos de uso agrario. La atrazina, por ejemplo, está prohibida en Europa. En 2004, la UE decidió retirar su uso debido a que otros estudios señalaban que afectaba a la fertilidad de vertebrados como peces, reptiles y aves.
La atrazina, sin embargo, sigue usándose en EEUU, donde se emplea para eliminar malas hierbas en cultivos como el maíz. Su empleo evita roturar la tierra y reduce por tanto los costes agrarios.
“Aunque el experimento se ha llevado a cabo en laboratorio, otros estudios de campo muestran que la atrazina es un disruptor endocrino tan potente que está afectando a las ranas en el medio salvaje y puede posiblemente ser la causa de la disminución de anfibios en todo el mundo”, ha afirmado Hayes al servicio de noticias Eurekalert. La atrazina no es el primer veneno agrario que afecta a la fertilidad. El pesticida DDT se prohibió porque dejaba estériles a las aves.
Esa es la conclusión de un estudio de la Universidad de Berkeley (California) publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ y que se ha llevado a cabo en condiciones de laboratorio con ejemplares de una especie africana (Xenopus laevis).
Para el profesor Tyrone B. Hayes, director del estudio, el contacto con el pesticida condena a las ranas a la infertilidad. «Los machos de rana pierden testosterona y todo lo que esa hormona controla, incluido el esperma. Así que su fertilidad es tan baja que llega al 10% en algunos casos», afirma Hayes en referencia a los ejemplares que perdieron capacidad reproductiva. Pero es que hubo otros que, directamente, se transformaron en hembras. Según el estudio, este pesticida altera de tal modo el sistema hormonal de las ranas que una parte de los machos expuestos a él se feminizan y se transforman en hembras.
En el medio natural, las ranas macho son hermafroditas en su etapa juvenil. En el estudio se comprobó que machos adultos pasaban a ser hembras al entrar en contacto con la atrazina. Ésta, al actuar sobre el sistema endocrino atenúa las hormonas que confieren los caracteres masculinos y, por tanto, permite la expresión reforzada de los valores femeninos. En el trabajo llevado a cabo en laboratorio, los machos auténticos copularon y procrearon con los machos feminizados.
La investigación toca uno de los aspectos más controvertidos de la industria química, como es el efecto sobre los ecosistemas o la salud de los venenos de uso agrario. La atrazina, por ejemplo, está prohibida en Europa. En 2004, la UE decidió retirar su uso debido a que otros estudios señalaban que afectaba a la fertilidad de vertebrados como peces, reptiles y aves.
La atrazina, sin embargo, sigue usándose en EEUU, donde se emplea para eliminar malas hierbas en cultivos como el maíz. Su empleo evita roturar la tierra y reduce por tanto los costes agrarios.
“Aunque el experimento se ha llevado a cabo en laboratorio, otros estudios de campo muestran que la atrazina es un disruptor endocrino tan potente que está afectando a las ranas en el medio salvaje y puede posiblemente ser la causa de la disminución de anfibios en todo el mundo”, ha afirmado Hayes al servicio de noticias Eurekalert. La atrazina no es el primer veneno agrario que afecta a la fertilidad. El pesticida DDT se prohibió porque dejaba estériles a las aves.
Fuente: Axxon
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